Partido Revolucionario de los Trabajadores
Por la Revolución Obrera, Latinoamericana y Socialista "El deber de todo revolucionario es hacer la revolución" (Ernesto Guevara)

Tamaño de texto + /17 de Enero - 2021

INTERNACIONAL

Los yanquis prueban de su propia medicina y “game over” para Trump

Los acontecimientos desarrollados hace días en el Capitolio norteamericano en donde los seguidores más radicalizados de Trump irrumpieron en medio de la sesión en la cual se iba a validar la victoria electoral de Biden dejaron al descubierto como nunca antes la descomposición interna del país imperialista que venimos señalando hace tiempo (1). Después de haber fomentado durante décadas desestabilizaciones a lo largo y a lo ancho del planeta, esta vez fue en las propias entrañas de la bestia en donde el caos se hizo presente: ni más ni menos que en el parlamento, lugar en el que se han votado innumerables agresiones a países soberanos, muchas veces directamente en forma de guerras y, otras tantas, en forma de intromisiones más o menos veladas en la vida política, social y económica de decenas de países. Es importante señalar que los manifestantes que intentaron copar el Capitolio, convencidos de un fraude que perjudicó a Trump y que le dio la victoria al demócrata Biden, expresan lo más reaccionario de la sociedad norteamericana. Chovinismo, racismo y un profundo anticomunismo son sus principales rasgos ideológicos y conforman un sector no menor de esa sociedad. Muchos de estos fascistas están armados y si bien hubo cuatro muertos entre los manifestantes (una de ellas una veterana de guerra) y varios policías heridos (varios por armas de fuego) fue llamativa la poca dureza con la que actuaron las fuerzas represivas en comparación, por ejemplo, con las enormes movilizaciones en contra de la brutalidad policial que tiene como blanco predilecto a la comunidad afrodescendiente (2). Más aún, hubo complicidad de los uniformados para facilitar el ingreso de la turba al parlamento por lo cual debemos pensar que una parte importante de la policía yanqui comparte y avala las ideas de ese sector social conformado, principalmente, por parte de la pequeña burguesía (3).

En contraste, también cabe señalar el aumento de organizaciones antifascistas y grupos que se reconocen como sucesores de los Panteras Negras que también están armados. De tal panorama, ante la agudización de la lucha de clases y la descomposición de la sociedad yanqui, golpeada por la recesión y millones y millones de despidos, se desprenden serias probabilidades de una guerra civil. Un posible juicio político a Trump, como están pidiendo varios sectores de los demócratas, puede ser un factor desencadenante de una nueva ola de protestas de estos sectores reaccionarios que, además, están amenazando con impedir la asunción de Biden el día 20 de este mes (4 y 5). El horno no está para bollos y la burguesía financiera yanqui es consciente de que debe moverse con cuidado en un contexto de tanta inestabilidad pero también ha dejado claro que no va admitir voces de disidencia bloqueando las redes sociales del presidente saliente, una clara expresión del fascismo que entraña esa clase (6). Al respecto, el presidente de México, López Obrador, anunció que presentará en el G20 un rechazo a la censura en las redes sociales, lo que dejará aún más al descubierto el carácter antidemocrático de la burguesía imperialista (7).

Y si algo decidió a López Obrador a anunciar que en el G20 presentará el problema de la administración de las redes sociales como cuestiones de estado, fue, justamente, la censura ejecutada sobre Trump desde un grupo de empresas privadas que deciden por encima del poder político a quién le permiten opinar y a quién no, cuáles son las publicaciones “tolerables” y cuáles las censurables y la necesidad de cuestionarse que si a uno de los hombres más poderosos del mundo (aunque esté en decadencia ese poder) se le puede impedir que se exprese, ¿Qué se puede esperar para cualquier otro jefe de estado o los ciudadanos de a pie…? El cierre de las cuentas de Trump y la imposición de nuevas “reglas” a los usuarios de Facebook terminaron siendo un boomerang para sus propietarios e ideólogos: millones de usuarios se pasaron de redes sociales a otras propuestas como Telegram o Signal, entre otros. Ante el pase masivo a otras redes y las pérdidas de casi 50 millones de dólares producidas por la caída de las acciones de Twiter y Facebook (8 y 9) en tres días, Facebook postergó sus cambios hasta mayo (10). Es que el miedo no es zonzo y después de la disparada de los usuarios, ambas empresas tienen un futuro incierto pues el éxodo recién empieza. Lo cierto que lo que se ha puesto en tela de juicio son los límites del poder conferido a los dueños de las redes y sus empresas que terminan teniendo más poder que los estados.

Paralelamente a la descomposición de la sociedad norteamericana continúa la decadencia de la hegemonía de la burguesía financiera imperialista de ese país expresada en todos los ámbitos. Mientras las bolsas en EEUU siguen cayendo estrepitosamente como consecuencia de la crisis de superproducción que los medios occidentales siguen empecinados en ocultar con la pandemia, China y Rusia siguen en alza afianzando sus vínculos con cada vez más países desplazando al dólar del comercio mundial (11). El aumento del comercio de China y el sudeste asiático durante estos últimos meses que dejó a los primeros como principales socios de esa región, desplazando a EEUU y Europa es un ejemplo de lo dicho anteriormente (12). Por otra parte, Rusia sigue ganando terreno en la lucha contra el coronavirus echando por tierra la gran campaña de los medios afines a la burguesía imperialista contra la vacuna Sputnik V, que además empezará a fabricarse en pocos días en Brasil (miembro del BRICS) y probablemente también en Alemania, según se desprende de las conversaciones entre Putin y Angela Merkel al respecto (13, 14 y 15). Otro revés para hegemonía norteamericana fue la decisión de los europeos de desconocer a Guaidó como presidente de Venezuela (16). El títere caribeño, carente de toda legitimidad, ha perdido seriedad, si es que alguna vez la tuvo. Pese a ello, parece que Biden pretende continuar con la misma política que su antecesor: ha invitado al supuesto embajador del payaso a participar de su asunción (17). <

El mal manejo de la pandemia es cuestionado en varios países. Uno de los dirigentes políticos más señalado es el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien se ha pasado minimizando los alcances mortales del virus hasta llevar a colapsar el sistema de salud de algunas zonas de su país como Manaos, donde la gente muere en sus casas porque carece de lugares en los hospitales y de oxígeno para los enfermos graves (18). Pese a ello, Bolsonaro no se hace cargo de su responsabilidad y da por hecho que ha cumplido su papel (19). Ante la desesperada situación y a pesar de que las relaciones diplomáticas entre Brasil y Venezuela están en conflicto, el canciller venezolano, Jorge Arreaza, anunció el envío de camiones de oxígeno y un centenar de médicos para colaborar con los trabajadores de la salud de esa localidad brasileña (20), algo que deja mal parado a Bolsonaro y le tapa la boca a uno de los principales aliados de Trump y su política de boicot contra el gobierno de Maduro.

En Medio Oriente la burguesía financiera imperialista y sus aliados siguen cosechando derrotas mientras se afianzan las relaciones entre los países árabes víctimas de las agresiones imperialistas. En Siria, el ejército continúa golpeando duramente a los mercenarios terroristas y otro tanto ocurre en Yemen, en donde las milicias han causado fuertes pérdidas a los saudíes (21 y 22). Irán pisa fuerte en la palestra mundial: su gobierno anunció que el país persa no comprará ni una sola vacuna de origen norteamericano o inglés. Mientras, manda barcos con gasolina a Venezuela pese a las sanciones unilaterales de los yanquis (23 y 24). Como venimos sosteniendo, la burguesía financiera imperialista cree que con una nueva guerra mundial podrá sortear la crisis de su sistema logrando un nuevo reparto del mundo acorde con sus intereses. El cambio de gestión en la Casa Blanca no se diferenciará demasiado de la anterior y, si bien algunos incautos creen que los demócratas son más pacíficos, la realidad es que a lo largo de la historia han sido igual o más guerreristas que los republicanos. Sólo con analizar las últimas presidencias de Obama y Clinton encontramos un gran número de guerras y agresiones: la guerra de los Balcanes a fines de los ’90, el sostenimiento de la guerra en Irak y Afganistán (comenzadas en la gestión de Bush), la guerra en Libia, Siria y Yemen, más innumerables intentos de desestabilización (25). Los demócratas y los republicanos son dos caras de la misma moneda: pueden diferir en algunos matices, pero no tienen intereses antagónicos entre sí pues ambos son los representantes políticos de los intereses de la clase dominante.

La crisis de superproducción capitalista sigue avanzando y con ella la concentración de las riquezas en cada vez menos manos. En nuestro continente paulatinamente es más evidente y grande la brecha entre ricos y pobres. La burguesía quiere hacer recaer el peso de su crisis sobre nuestras espaldas mientras su sistema no puede dar una mínima respuesta a las necesidades de la humanidad. Lo único que tiene para ofrecernos a los trabajadores y los pueblos es más hambre, más miseria y más muerte. Pero debemos saber que el enemigo más grande de la humanidad, el imperialismo, se va debilitando con prisa y sin pausa. Nuestra tarea es seguir trabajando por la organización y la unidad de los trabajadores y el campo popular. Para ello debemos centrarnos en las cosas que nos unen y no detenernos en las que nos separan. Ése el camino que debemos seguir para poder enfrentar con la fuerza suficiente a quienes nos explotan y oprimen.

NACIONAL

LOS TRABAJADORES ACEITEROS MARCAN EL CAMINO

El gobierno nacional arrancó el año con un leve pero necesario respaldo político y social de cara a los problemas que deberá afrontar. Los “errores” y desaciertos de la política pendular del presidente Alberto Fernández durante su gestión pasaron al olvido luego de dos hechos políticos que le devolvieron el apoyo de la base del Frente de Todos y en la que fue notoria la influencia del kirchnerismo para mejorar la alicaída imagen del presidente. El primer hecho, sin dudas, fue la aprobación, a fines de 2020, de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) que finalmente fue promulgada en estos días y supone un avance en la lucha por los derechos de la mujer aun cuando la ley contiene modificaciones con respecto al proyecto original presentado por la Campaña Nacional por el derecho al aborto seguro, legal y gratuito (1). En ese sentido, la decisión del gobierno de aprobar la ley se debió, sobre todo, a la presión constante de cientos de miles de mujeres movilizadas en las calles. El crecimiento y la influencia de masas de la Marea Verde, sobre todo en la juventud, instalaron el tema en la agenda de los partidos de la burguesía que no podían desentenderse del reclamo de una gran parte de la sociedad. Por otro lado, el gobierno debía cumplir esa promesa hecha a su propia tropa si no quería terminar de perder el poco apoyo político que le quedada dentro del Frente de Todos. Si bien el gobierno buscó anotarse un poroto en su favor con la ley, lo cierto es que la aprobación de la IVE es un triunfo del movimiento feminista que nos enseña la importancia del trabajo de concientización diaria, de la movilización de masas, de la unidad y la organización a pesar de las diferencias para lograr arrancarle a la burguesía derechos en favor del pueblo (2). Lo que sí le queda pendiente al presidente es aprender que el patriarcado no se termina porque él promulgó una ley… Alguien que lo informe, así no ofende nuestra inteligencia.

Por último y como era previsible, más allá de la ola verde, los religiosos, conservadores y más reaccionarios no se quedaron tranquilos: de la mano del diputado sanjuanino Marcelo Orrego, integrante del interbloque de Juntos por el Cambio, y con las firmas de los diputados nacionales del PRO Gustavo Hein, Dina Rezinovsky, Juan Aicega, Francisco Sánchez, Domingo Amaya, David Schlereth, Soher El Sukaria y Osmar Monaldi; los de la Coalición Cívica Rubén Manzi y Laura Castets y los de la UCR, Lidia Ascarate y Estela Regidor fue presentado un proyecto de ley para derogar la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Para ellos, la ley 27.610 es “inconstitucional”. Sin embargo, es difícil que prospere y les dé el respiro cristiano que persiguen (3).

El otro hecho político de gran transcendencia mediática fue el arribo de las primeras dosis de vacunas Sputnik V que apaciguó momentáneamente al pueblo hastiado de la cuarentena y el mal manejo de la pandemia por parte del gobierno nacional y los gobiernos provinciales. El aliciente de la vacuna significó un nuevo voto de confianza por parte del pueblo al gobierno y supuso también un alivio para los miles de trabajadores de la salud y otros sectores esenciales que han sido los más afectados por los desaciertos de la política preventiva del gobierno y el individualismo atroz de miles de personas que parecen no comprender los riesgos del Covid-19. Ante el levantamiento de las restricciones por parte del gobierno nacional y de las provincias para proteger los intereses económicos de la burguesía, sumado a la invisibilización mediática sobre la pandemia, un gran sector de la sociedad “aparentemente” se olvidó de que el virus continúa circulando, que los contagios y las muertes siguen en ascenso (4) y decidió irresponsablemente hacer vida normal descuidando las medidas de protección y cuidado como mostraron las postales de Pinamar y demás balnearios del país (5). Con más de 12.725 casos confirmados (1.757.429 contagios totales) y 135 fallecimientos por Covid (44.983 muertes en total) presentimos que ante el peligro de una segunda ola de contagios (6) y las livianas medidas de restricción circulatoria anunciadas por el gobierno que quedan libradas a la voluntad de cada gobierno provincial (7) se hace necesario apelar a la solidaridad colectiva respetando las medidas de distanciamiento evitando salir innecesariamente, proteger conscientemente a las personas que son parte de la población de riesgo, en fin, cuidarnos no sólo por nosotros, sino por nuestros padres y abuelos, nuestros hijos y compañeros de trabajo, etc. Frente a la inercia de los gobiernos, evitar la circulación y el traslado de personas es una de las formas que nuestro pueblo tiene a mano para detener la propagación del virus. El crecimiento alarmante de contagios en los últimos días ha obligado a varias provincias y municipios de Buenos Aires a sumarse a la restricción circulatoria propuesta por el gobierno nacional pese a las quejas de los comerciantes y sectores ligados al turismo (8 y 9).

Ante la temida y posible segunda ola de coronavirus, el gobierno busca ansiosamente conseguir más dosis de vacunas para atenuar las previsibles consecuencias de otra crisis social y sanitaria en el país. Por este motivo viene en camino la segunda dosis de las 300 mil que llegaron el 24 de diciembre provenientes de Rusia (10). Por el momento, en grandes rasgos, la estrategia seguida por el gobierno del Frente de Todos es vacunar e inmunizar a la mayor cantidad posible de personas antes de marzo para atenuar y hacer descender el pico de contagios futuros, un deseo imposible dadas las condiciones de vacunación actual. En ese orden, una de las propuestas en estudio consiste en aplicar una sola dosis más liviana de Sputnik V, que se encuentra en etapa de desarrollo para cubrir a más sectores de la población. Si bien es una apuesta arriesgada que dista mucho de concretarse en lo inmediato, lo cierto es que el gobierno no está en condiciones para afrontar un rebrote del virus debido, entre otras causas, a la política de desinversión y desfinanciamiento de la salud pública en los últimos 20 años. Un papelón que Alberto Fernández no puede permitirse es tener que volver a las medidas de aislamiento y retroceder infructuosamente a la fase 1 como sucedió en otras partes del mundo. El rebrote reciente puso en alerta al gobierno nacional que analiza volver a implementar a una nueva versión el IFE y el ATP para calmar el futuro descontento popular (11).

Con ese panorama complejo surgen diferencias dentro de la dirección del Frente de Todos con respecto al inicio de clases. Mientras el ministro de Educación Nicolás Trotta, que cada día se parece más a un funcionario del PRO, propone el regreso a las clases de forma dual (12), su par de Gabinete, Santiago Cafiero, puso en duda ese plan si el pico de contagios continúa ascendiendo (13). La interna que en el fondo esconde distintos criterios y concepciones para abordar la pandemia amenaza convertirse en un punto de conflicto puertas adentro del gobierno. Por otro lado, las diferencias entre funcionarios del partido en el gobierno también tienen su correlato en las divergencias a la hora de elegir a los presidentes del PJ. Podemos señalar un acuerdo tácito entre Alberto Fernández y el kirchnerismo para que el primero sea elegido presidente a nivel nacional, mientras Máximo Kirchner podría erigirse en jefe del PJ bonaerense a pesar de la negativa de algunos intendentes y caciques del conurbano. En principio se busca conservar un equilibrio de poder para mantener unido al Frente de Todos y fortalecer una renovación de la alianza de los distintos sectores del peronismo en el gobierno con el sector kirchnerista que, como hemos señalado, está teniendo mayor influencia y protagonismo en las últimas decisiones políticas del Presidente Alberto Fernández (14)

El primer conflicto del año del gobierno fue con la oligarquía de la bosta. En un contexto en que la demanda internacional hizo subir los precios de los granos por las nubes, el gobierno nacional intentó imponer una ley de restricción a la exportación limitando la cantidad de granos permitidos para la venta como forma de contener los precios del mercado interno -que se disparan al ritmo de la inflación y la especulación de los grandes monopolios del agro- y asegurar el abastecimiento de las materias primas y alimentos de primera necesidad para los sectores más vulnerables del país. Como ya nos tiene acostumbrados, el gobierno dio marcha atrás con la medida apenas la oligarquía de la bosta se levantó en pie de guerra y anunció un lock out patronal con cortes de ruta para defender su derecho a vender todo el grano que deseen fuera del país. La mesa de enlace de la burguesía terrateniente constituida por la Sociedad Rural, la Federación Agraria y Confederaciones Rurales Argentinas pusieron el grito en el cielo contra la intervención del mercado, exigiendo libertad de venta y comercio, pregonando que sus intereses mezquinos de ganancias son más importantes que la alimentación de millones de argentinos. Casi calcado a lo de Vicentín, el ejecutivo se apuró en volver sobre sus pasos para no “molestar” a los patrones de estancia del país (15). Consideramos que el gobierno que se auto denomina soberano y popular debe velar por los intereses de la mayoría de nuestro pueblo y no proteger a la minoría parasitaria que vive de las rentas del suelo sin producir nada.

Por último, destacamos un acontecimiento que sirve de guía para todos los trabajadores del país ante los conflictos y las discusiones paritarias que se vienen. Queremos rescatar la experiencia de la lucha ejemplar de los trabajadores aceiteros que luego de tres semanas de huelga general paralizaron los puertos del país y pusieron de rodillas a la patronal. Con un gremio que responde a las necesidades de sus trabajadores sin claudicaciones, sin burócratas traidores al movimiento obrero, planteando la democracia sindical desde la base, fortaleciendo la unidad y la conciencia de los trabajadores sobre su importancia en la producción, los aceiteros lograron un aumento del 35% y llevaron el salario inicial a 74 mil pesos. En tiempos en que las conducciones sindicales de la CGT acuerdan salarios a la baja, se lamentan de la crisis del coronavirus para ponerse del lado de la patronal o, directamente, se desentienden de las necesidades de sus representados, el gremio de los aceiteros nos enseña que hay otros caminos para organizarse y luchar por nuestras reivindicaciones, que están surgiendo nuevas direcciones sindicales combativas y que, para evitar que el ajuste caiga sobre nuestras espaldas, debemos seguir su ejemplo (16).