El tiro por la culata

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EEUU articula globos de ensayo en distintos puntos estratégicos del planeta: intenta enfrentar a Israel con cualquier Estado que se preste al juego, pero nadie se sube al tren; quiere reflotar viejos conflictos como el de la nación turca contra la armenia, pero aún no le da resultado; y pretende generar un conflicto entre las dos Coreas, pero Corea del Norte, aunque movilizó sus tropas a la frontera con Corea del Sur, todavía no respondió a las provocaciones (1). Todas estas provocaciones sólo dejan al descubierto sus necesidades guerreristas…

Israel, su socio, tampoco está hoy en condiciones de desatar una nueva guerra, aunque así lo desee. Intentó encender la chispa para sacar su crisis económica hacia afuera y unificar al pueblo israelí en una causa común, desviando su atención en otro conflicto. Pero la realidad de ese pueblo es más fuerte: el descontento en que está sumido es producto de la desocupación, la crisis económica y el hartazgo por las guerras.

El efecto boomerang era inesperado para EEUU. Por un lado, el mundo no sólo ha tenido los ojos puestos en el sangriento ataque de Israel a la flota de ayuda humanitaria, sino que además expresó su repudio y su decisión de no apoyar una nueva guerra, mediante multitudinarias protestas que ha llevado adelante en diversas ciudades del planeta. Esta presión fue la que obligó a los gobiernos de los distintos estados burgueses, por un lado, a no apoyar, discursiva y públicamente, la bárbara y desesperada medida del gobierno sionista; y por el otro, virar la atención sobre Irán, para trasladarla al ataque israelí. Por su parte, Israel no se quedó atrás con el efecto boomerang: dejó abierta la posibilidad de una reconciliación entre Hamas y Al Fatah, y logró la reapertura de la frontera de Egipto con la franja de Gaza. (8) En otro punto del continente, la renuncia del primer ministro japonés desnudó los graves problemas de desocupación, las protestas del pueblo japonés en contra de las bases militares norteamericanas en Okinawa, la corrupción del Estado nipón y las falsas promesas de campaña. (6, 7)

Mientras Israel derramaba ríos de sangre en el mar, el mundo lo condenaba y EEUU aún sostenía la conveniente ambigüedad con su socio, el "socialista" Papandreu continuó con las recetas "genéricas" del FMI y comenzó con las privatizaciones… Sin embargo, así como la burguesía no da tregua, el pueblo griego tampoco está dispuesto a retroceder por lo cual mantiene su resistencia a tan indigesta receta. (4, 2)

El mundo no está locoloco, sencillamente el sistema está en crisis y la burguesía no atina a encontrar una salida para ella. Pero mientras tanto, los proletariados mundiales continúan su ensayo que ineludiblemente pondrá en escena su obra maestra: liberarse del opresor.

Un continente que no baja los brazos

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La crisis financiera y social que se vive en el mundo golpea fuerte en América. Por eso las burguesías locales ven cómo se aviva el fuego de la lucha de clases y parece que no hay agua que alcance para apagarlo. Allí tenemos al Estado genocida de Colombia con el traficante Uribe a la cabeza que no puede poner el país en orden. Los asesinatos, persecuciones y desapariciones que cometen los grupos armados de la burguesía (paramilitares, ejército, policía) contra el pueblo no han logrado menoscabar la organización y unidad del pueblo colombiano. Las balas ya no bastan para contener los reclamos populares que aumentan día a día. Los colombianos toman conciencia de que la lucha es dura y de que el enemigo es implacable, pero confían en su fuerza y experiencia.

En Chile, los trabajadores consiguen luchando lo que el empresario Piñera no está dispuesto a dar... El nuevo presidente, que viene a poner orden en el país vecino, ya se encontró con la resistencia de los trabajadores que no lo votaron ni confían en él. Las secuelas del terremoto desnudan las grandes diferencias sociales que existen en ese país. Sin embargo, el pueblo chileno da muestras de su capacidad de solidaridad y tesón organizándose para resolver sus propios problemas.

Aprietes, energúmenos y buena memoria

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Moyano, maestro del apriete, ejemplar amigo del mucho ruido y pocas nueces, amenazaba a través de su fiel hijo y mejor discípulo con hacerle un paro a Macri (1) y sus medidas de control de tránsito a quien sólo le falta poner garitas en las esquina y sacar a la calle los viejos "zorros grises". Pero, como era de esperar, el tan mentado paro quedó en aguas de borrajas (2), como tantos otros amagues a los que nos tiene acostumbrados. Macri, debilitado y perseguido por la justicia, ofreció una mesa para acordar la "paz" y garantizarse no abrir un nuevo frente de problemas porque con los que tiene no gana para sustos y cada día ve alejarse más y más su posibilidad de ser "el candidato" del 2011…

Pero Moyano ha sido el eje de los debates de la semana pasada. Espantado con el "síndrome del 35%", nueva "enfermedad" de los psicóticos trabajadores a quienes se nos ocurre demandar aumentos salariales, continuó en su línea y jugó a dos puntas: por un lado, amagó a la patronal con un nuevo apriete de subir el imponible de Ganancias y llevarlo a $ 5.554 para solteros y a $ 6.846 para los casados (3); y, por el otro -como para quedar bien con dios y con el diablo-, intenta ponerle techo al "síndrome del 35%" predicando con el mal ejemplo: para los camioneros pedirá un 20% de aumento (4). Habrá que ver si con semejante pedido no le pasa un camión por encima de sus propias bases…

Pero, por más que se esfuerce, ha cundido la epidemia: 16 gremios avanzan al galope por más aumento y reapertura de paritarias (5).

Pero la perla de la semana que quedó atrás, el OSCAR DE ORO al energúmeno se lo llevó el presidente de la UIA, Héctor Méndez. Ante la posibilidad de que algo de la crisis amengüe sus ganancias y le roce el bolsillo no titubeó en sostener que los pedidos de aumento son una "psicosis" (6) colectiva y una carrera "peligrosa" (sic, ver 7). El punto culminante de todas las barbaridades vomitadas por este burgués despreciable, fue cuando sostuvo que "Se deben reclamar aumentos de sueldo sólo cuando hay hambre" (8). No sabemos cómo todavía no se le ocurrió proponer volver a los grilletes para los esclavos… ¿Hace falta agregar más para desnudar a este fiel representante de la clase dominante…?

Los trabajadores, mientras avanzamos en nuestra organización, también tenemos que mantener fresca la memoria sobre este personaje y todos los que son como él. No sólo es imprescindible recordar permanentemente en nombre de quién nos masacró la dictadura militar –la misma UIA, la misma Sociedad Rural-, sino que nada ha cambiado: los patrones son los mismos… la explotación también. Y los energúmenos portan otros nombres, pero su pertenencia de clase NO.

ORGANIZARSE ES AVANZAR HACIA LA REVOLUCIÓN

PARTIDO REVOLUCIONARIO DE LOS TRABAJADORES