Unos morlacos para los otarios…

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La desesperación de los gobiernos burgueses para mantener el actual sistema muestra al proletariado del mundo que, a la hora de sacarle punta al lápiz, es nuestra clase la que sufre sus ajustes.

¿Y para qué cambiar esta “costumbre”?...

Los millones y millones de dólares destinados al salvataje del  sistema financiero que estos estados piden y aceptan del FMI, bajo las feroces exigencias que la entidad impone, jamás serán destinados a favorecer a los pueblos que, lejos de beneficiarse, sólo están padeciendo. Justamente, son los pueblos los que financian la deuda contraída, lo cual implica el aumento de la desocupación, el hambre, los impuestos y, en muchos casos, la pérdida de sus hogares.

El FMI necesita perpetuarse y sostenerse a cualquier precio aplicando condiciones tiranas para otorgar dinero, a sabiendas de que quienes pagarán el préstamo serán los proletariados de cada país “beneficiado” con el empréstito…