Partido Revolucionario de los Trabajadores
Por la Revolución Obrera, Latinoamericana y Socialista "El deber de todo revolucionario es hacer la revolución" (Ernesto Guevara)

Imprime esta página - Tamaño de texto + / - Editorial - Enero - Marzo 2018

EDITORIAL Nº 79

LO ESENCIAL ES INVISIBLE AL MACRISMO

Economistas de varios países e incluso la banca estadounidense Morgan Stanley han expresado que el año 2018 es el preludio de la inminente caída del dólar como moneda dominante de intercambio comercial mundial, lo que denota la debilidad económica que azota al gobierno del presidente de Estados Unidos Donald Trump que, en consecuencia, traería aparejadas las debacles de los países de Europa y también las de los subdesarrollados.

A partir de esta acotada síntesis del panorama internacional, podemos señalar que  el gobierno de Macri, alineado con la burguesía financiera yanki, esperó que, con su elección política internacional, sus organismos financieros e inversionistas llegaran a las puertas de la casa rosada con la lluvia de inversiones tan ansiada, lo cual ni ha sucedido ni tampoco sucederá. Con la desesperación por una “lluvia de capitales” de alguna parte y que nunca pudo concretar, Macri salió de gira por países de Europa en el intento de que alguno le tire una soga salvadora. Sin embargo, su periplo fue un rotundo fracaso, volvió con las manos vacías y habiendo hecho un viaje bueno para nada.

Su primera parada fue en Davos, Suiza, donde sólo se entrevistó con Angela Merkel con quien se tomó un café… Más allá de decenas de reuniones con empresarios y CEOS, la comitiva de Macri, integrada por el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet; el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta; los ministros de Hacienda, Nicolás Dujovne y de Producción, Francisco Cabrera; el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Horacio Reyser; el presidente de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional, Juan Pablo Trípodi y el  subsecretario de Asuntos Institucionales de la Jefatura de Gabinete, Matías García Oliver, entre otros, volvió tal como se fue.  

En Rusia y pese a haber sido recibido por Putin tampoco le fue bien, además del triste papel de un presidente cuyos recursos humorísticos siempre remitidos al fútbol son patéticos y lo dejan absolutamente desubicado. Rusia terminó descalificándolo y dejándolo en el más absoluto ridículo: ante su invitación a hacer negocios en el país, Gazprom, la empresa estatal gasífera más importante de Rusia, por boca del vicepresidente del Gazprombank, Denys Kamyshev, le respondió que "Hace dos años que queremos invertir en Argentina y nos enfrentamos con trabas burocráticas". Es que la Gazprombank, banco fundado a partir de Gazprom, hace dos años que quiere financiar la construcción de un puerto en Ramallo, para lo cual está dispuesto a invertir 180 millones de dólares, pero está frenado por la propia gobernadora de Buenos Aires, Eugenia Vidal quien no sólo no los recibió ante un pedido de audiencia, sino que los derivó a su Ministerio de Producción que a última hora levantó la reunión prevista con los empresarios rusos. 

Tampoco le fue bien en Francia, adonde concurrió con el objetivo de destrabar las negociaciones entre ese país y el Mercosur. Su presidente Macron lo recibió muy amablemente pero le dejó bien claro que los negocios con el Mercosur no son beneficiosos para su país, especialmente respecto de la exportación de carnes argentinas que pondrían en peligro la producción bovina francesa y europea. "No podemos hacer acuerdos que favorecen a un actor industrial o agrícola a miles de kilómetros, que tiene otro modelo social o medioambiental y que hace lo contrario de lo que nosotros imponemos a nuestros propios actores", sostuvo Macron dando por tierra las aspiraciones de Macri que no logró avanzar ni medio paso hacia adelante a pesar de que sus medios de prensa afines anunciaran el supuesto éxito del encuentro entre ambos presidentes. Esas “diferencias” que marcara Macron no están basadas en cualquier cosa, sino en la protección que Francia tiene hacia los trabajadores agrícolas, la prohibición del uso del glifosato, las rigurosas reglas francesas de trazabilidad como símbolo de calidad, control y respeto por las normas ambientales y sanitarias. Se podría sintetizar en que los franceses pretenden mantener los estándares rigurosos de su país y que la Argentina no cumple ni cercanamente. 

Ante un panorama internacional nada favorable y con el pretexto de atraer inversores para financiarse, tanto desde el tesoro nacional, como desde las provincias, el gobierno macrista no ha parado de contraer deuda a futuro a través de la emisión de bonos.

En dos años se emitió una nueva deuda externa de 132.969 millones de dólares, lo que equivale a más del 20 por ciento del PBI argentino. De ese total, el 75% se destinó a financiar la salida de capitales y, principalmente, a fogonear la bicicleta financiera, un negocio en el que sólo se benefician los bancos. Estas medidas han creado más riesgos económicos que beneficios, debido a que la FED (el banco central de Estados Unidos) decidió aumentar en forma gradual su tasa de interés, lo que eleva los créditos externos y el endeudamiento de nuestro país ante organismos de crédito como el FMI, situación que la burguesía local atraviesa con un estado quebrado por lo cual desea resolverla a través de la imposición de ajustes sobre nosotros, los trabajadores y el pueblo, sin tocar un solo centavo de sus ganancias y capitales acumulados.

Luego de reiterados días de descanso y sesiones espirituales donde Macri y sus funcionarios gastaron casi dos millones de pesos del erario público, el líder de Cambiemos se trasladó desde la casa Rosada hasta el Congreso de la Nación para inaugurar el periodo de sesiones ordinarias, recorriendo una Avenida de Mayo totalmente vallada, vacía y asediada por el cántico popular que ya ha tomado cariz nacional en el que se recuerda insistentemente a la madre del presidente. Ya en el congreso, sueltamente y sin vergüenza alguna, pronunció frases tales como: “las bases están firmes para sostener el crecimiento” o “los funcionarios no estamos aquí para beneficiarnos”, omitiendo que él es parte de empresas off shore reveladas en los Panama Papers, al igual que su ministro de finanzas Nicolas Caputo y la estafa al estado que realizó al adquirir sus off shore, bonos de deuda con altas tasas de interés emitidos por el gobierno. Tampoco se refirió a las empresas y cuentas en paraísos fiscales que tenía el renunciado funcionario de su gobierno Valentin Diaz Guilligan denunciado, vergonzosamente, por un diario español de derecha como es el diario El País.

Al igual que hiciera en el exterior, donde habló de un país que no conocemos o, por lo menos, donde no vivimos, el rosario de mentiras continuó con lindezas del estilo “Vinimos a reducir la pobreza, a asegurarnos que ningún argentino pase hambre” o “La inflación está bajando”. Sin embargo, desde el Banco Central de la Nación, Federico Sturzenegger consideró que no hay buenas señales inflacionarias ya que el mes de febrero cerró con una inflación anual del 2.5%, debido a la suba de tarifas, impuestos, pasajes de transporte público y alimentos. Para este año estimaron una inflación del 15%, cifra que no pueden sostener con semejantes alzas de precios y, mucho menos, con la acelerada caída del consumo.

Para quitar nuestra mirada sobre nuestros bolsillos, Cambiemos siempre saca de la manga nuevas bombas de humo como recibir al asesino Chocobar en la Casa Rosada o instalar el tema del aborto para que sea tratado sobre tablas o el cobro de prestaciones médicas a los extranjeros, algo ilegal pues sus derechos están contemplados en el Preámbulo de la Constitución y en determinados artículos de la Ley de Migración de 2004 que obliga, por ser un derecho humano esencial, atender a cualquier persona que esté en el territorio.

A pesar que terminó también como otra bomba de humo, lo real es que al gobierno le molestaron los cantitos en las canchas y pretendió prohibirlos, una verdadera estupidez que dio pie a que se generalicen y unifiquen, sin distinción de organización política, a todo el campo popular vapuleado por las medidas del gobierno. No deja de llamar la atención que el dichoso cantito pareciera ser la consigna máxima y unificadora del campo popular que usa el insulto de más alto calibre social para masivizar el repudio cada vez más extenso que crece a medida que pasa el tiempo, hace caer la imagen pública del presidente al escalón más bajo y recluta en las filas de los descontentos hasta a quienes votaron a Cambiemos hace apenas cinco meses atrás. Rápidamente el gobierno dilapidó su capital político entre una economía aplastante para trabajadores y pobres, un nuevo “relato” plagado de mentiras y un sinfín de declaraciones imbéciles en boca de los más altos funcionarios. Si algo han logrado es un odio creciente que se expresa en cada movilización, considerando que las masas salen a la calle toda vez que alguien convoque, no importando demasiado el convocante, pero que permiten la expresión popular masiva de rechazo a todo lo que hace el gobierno.

Son vanos los intentos del gobierno de Cambiemos para apartar nuestra atención de los problemas reales a los que nos vemos forzados a enfrentar por sus decisiones políticas y económicas. Desde la inflación que no pueden controlar, hasta la apertura indiscriminada de importaciones -un golpe durísimo para las PyMES con el que las manufactureras contabilizan la pérdida de 66.310 puestos de trabajo-; los miles de despidos de empleados públicos por reducción del gasto del estado y de empresas privadas por cierre o achique; la reforma previsional, terrible y canalla ajuste a los jubilados; los aumentos tarifarios; el quite de subvenciones a servicios públicos; la degradación de los presupuestos de educación, salud, subsidios y planes sociales de contención, como así las también el quite de pensiones por discapacidad, todo resulta inocultable por más que se esmere Durán Barba en distraernos con estupideces.

En el marco de un plan de “reorganización” educativa (donde aflora su fascismo emulando hasta los conceptos y palabras que usó siempre la dictadura genocida) solicitado por la gobernadora Maria Eugenia Vidal, en la provincia de Buenos Aires, se conoció la decisión de cerrar ocho escuelas en el Delta y treinta y nueve escuelas rurales aduciendo que, simplemente, se trata de una “reconversión” cuando, en realidad, la gobernadora (candidata para el próximo período presidencial, según se hace los rulos Cambiemos), sólo obedece los mandatos del Fondo Monetario Internacional, igual que el resto de los gobernadores de todas las extracciones políticas y el propio gobierno nacional. Miente con eso de la “reconversión” y tanto es así que, en las últimas horas desde la gobernación habrían retrocedido con la decisión de las escuelas del Delta, aunque todavía no se haya confirmado. Pareciera que no van a “reconvertir” y abrirán las escuelas desde el lunes 19 de marzo, un rumor que sólo se confirmará si, en los hechos, el 19 maestros y alumnos comienzan su tardío período lectivo.

El aumento de las medida de “seguridad”, la represión multiplicada por medio de la instauración de un estado policial y de impunidad para el gatillo fácil; las campañas de miedo y difamación; las persecuciones a todos los que se plantan en reclamos con judicialización de la protesta; la militarización de calles, barrios y rutas ha ido in crescendo desde que asumieran Macri y sus CEOministros, además de la incondicionalidad en el respaldo de la sanguinaria Bullrich que no tiene empacho en apoyar a los gendarmes responsables de la muerte de Santiago Maldonado, a los Prefectos que asesinaron de un tiro por la espalda a Rafael Nahuel, a los policías tucumanos que asesinaron a un niño de 12 años de un tiro en la cabeza o al propio Chocobar que fuera recibido por el mismísimo presidente en un claro mensaje intimidatorio para la sociedad: este gobierno está dispuesto a terminar su mandato a sangre y fuego, a disciplinar a los pobres a tiros, a perseguir y judicializar a los militantes y activistas sociales, políticos y gremiales. En síntesis, no es una dictadura, pero aspira a subyugarnos como si lo fuera.

Para la clase dominante las medidas de seguridad son imprescindibles pues su legitimidad es la que ponen en jaque las protestas. Ellos pisan sus propias leyes burguesas y su gobernabilidad es cuestionada incluso por medios internacionales como el The Wall Street Journal que anticipó que, de seguir como van, es dudosa la conclusión del mandato completo de Cambiemos. Ponen en juego su continuidad cuando efectivizan y nos imponen todas sus medidas de hambruna y pobreza que recaen sobre nuestras espaldas. Además, como buenos gerentes que sólo viven en las burbujas de las finanzas, DESCONOCEN la historia de luchas de nuestro pueblo, olvidan que fuimos los que nos sacamos de encima en siete años la dictadura más sangrienta de Latinoamérica, no recuerdan ni el Cordobazo ni el Rosariazo ni el Mendozazo y hasta se olvidan de la historia reciente de diciembre de 2001 cuando fuimos capaces de echar a varios presidentes en pocas semanas.

Es en esa historia de luchas donde están ancladas las actuales. Es la idea de la continuación de ellas la que opera en la memoria colectiva expresada el 18 de diciembre contra la reforma previsional. Es esa historia que nos hace gloriosos por épocas, que nos sirve de punto de referencia para llenar calles y plazas. Radica en esa memoria colectiva la explicación de  por qué concurren cientos de miles de personas a una marcha convocada por un repudiado burócrata o por qué una movilización autoconvocada de mujeres se transforma en la más numerosa e importante del año.

De norte a sur los trabajadores van marcando su territorio de lucha: la gran Marcha Azucarera, la lucha de los trabajadores del INTI y de los médicos/as enfermeros/as del hospital Posadas, la unidad de lucha y firme posición que han entablado los trabajadores de la mina de Rio Turbio con el nada despreciable aditamento de que fueron los mineros quienes dijeron que, si llegaba la gendarmería que el gobierno nacional envió para reprimirlos, no saldría ninguno vivo. Se olvidó la señora Bullrich de que esos trabajadores manejan explosivos, que los mineros bolivianos y asturianos sentaron un precedente mundial corriendo a los uniformados de sus respectivos países a cohetazos limpios. Subestimó no sólo la capacidad de lucha de los trabajadores del Turbio, sino especialmente su indignación, su dignidad, su hartazgo y su decisión de no regar con su sangre una vez más la Patagonia argentina.

Son todas estas movilizaciones las que acorralaron al grueso del gremialismo argentino a esconderse en una CGT fantasmal, las que desnudaron aún más, si fuera posible, la real base material de los burócratas sindicales que actúan como lo que son: empresarios, firmando convenios colectivos a la medida del gobierno, desoyendo el clamor general por un paro general y haciendo negocios millonarios con el dinero de las obras sociales, el del estado y el de nuestros aportes. Por encima les pasaron en la convocatoria de Moyano y fueron sin ellos, con sus gremios locales, presionando por abajo a sus dirigentes a los que no les dejaron salida. Fue por toda esa presión que Juan Carlos Schmid, miembro del triunviro de la CGT se sentó en el escenario de los impresentables convocantes. Sin embargo, ningún trabajador se puso a hilar finito ni a deshojar la margarita como otros que mejor no nombrarlos, porque para los trabajadores era prioritario el espacio y la oportunidad de salir a la calle por encima de las críticas a los ladrones que ellos saben perfectamente están apoltronados en sus sindicatos, porque los trabajadores, más por intuición y necesidad que por conciencia, están pudiendo priorizar sus intereses por encima de nimiedades y rencillas de entrecasa o de lupa universitaria.  

En vísperas de un nuevo 24 de marzo la fecha nos toma con saldos en favor y en contra a diestra y siniestra. Ante la posibilidad de hacer una marcha unitaria este 24 de marzo es destructiva la mezquindad que implica la búsqueda de “diferenciarse” que sostienen algunas organizaciones para impedir la unidad en la acción. Es poco realista que algunos consideren que los trabajadores y el pueblo sólo están integrados por los de su partido. Es de pequeña mirada, carente de una clara y exacta posición de clase, no sumar para fortalecer la unidad del campo popular en momentos como éste. Son de poca monta los artilugios para entorpecer, impedir o trabar la concreción de una sola marcha como una gran respuesta a este gobierno que nos hambrea a todos por igual, que no hace distinciones a la hora de despedirnos, de ponerles topes a nuestros salarios, de bajarnos las jubilaciones o de aumentarnos el precio del gas o la luz.

No se pregunta la burguesía si somos peronistas, trotskistas, maoístas, marxistas leninistas o peatones de a pie que ni siquiera están en ningún partido político, simplemente a todos nos condena por igual a un futuro incierto y de pobreza creciente. No se pregunta la burguesía a qué organización pertenecemos a la hora de que sus uniformados gatillen sus armas, lo mismo les da un artesano que un mapuche, un wichi que un militante, un trabajador que un desocupado.

No ver que estamos hermanados en la desgracia de padecer uno de los gobiernos más reaccionarios de los que se tenga memoria; el que más se endeudó en la historia –deuda que nos harán pagar a TODOS, sin excepciones ni colores de banderas-; que ha venido a aplicar las fórmulas de Christine Lagarde del FMI quien “felicita” el ajuste y saluda al presidente como si fuera un cruzado que lucha por el bien social, cuando en realidad es un cruzado de la burguesía financiera local e internacional nos desarma como pueblo. No poder caracterizar al enemigo principal para unir fuerzas y darle la batalla que merece y merecemos en pos de nuestro futuro es mirar la política por el ojo de la cerradura, con la mezquina mira de las próximas elecciones, contando virtuales votos para repartirse a diestra y siniestra de nuestra realidad. No evaluar que es una NECESIDAD aclamada en cada rincón que pisamos la unidad en la acción implica una miopía escandalosa, un egoísmo que rompe con cualquiera de las premisas y consignas cacareadas. Porque eso es: un cacareo de gente que se cocina en su propia salsa. Y a quien le quepa el sayo, que se lo ponga.

Nosotros, los compañeros del Partido Revolucionario de los Trabajadores, estamos dispuestos a la unidad. Lo hemos dicho siempre y lo seguimos sosteniendo: sabemos que no es fácil, que amerita enorme esfuerzo y gigantes gestos de GENEROSIDAD, de pensar en lo colectivo por encima de lo particular de cada organización. También hemos dicho en otros editoriales, sin temor a exagerar, que aquí se debaten dos proyectos entre los que tenemos que elegir, uno va por la muerte, nuestra muerte, y el otro va por la vida, nuestra vida. Esa consideración entre vida o muerte no se está viendo como es menester en este momento histórico. Nadie podrá decirnos que no lo advertimos a tiempo, cuando aún estamos en condiciones de revertir la situación. Nadie podrá señalarnos jamás por no haber sumado cuantas veces tuvimos oportunidad al conjunto del pueblo. Nadie podrá decir que los compañeros del Partido Revolucionario de los Trabajadores nos acercamos a un conflicto con nuestras banderas para imponérselas a alguien. Nadie podrá decir que no hemos dado este debate en cada ámbito que pisamos. Nadie podrá decir nunca que no señalamos permanentemente dónde estaba el enemigo de clase, quiénes y cómo venían por todos nosotros, trabajadores y pobres de este país. Como militantes hemos sido coherentes al punto de tragar muchos sapos, de olvidar viejos rencores, de detenernos sólo a ver lo que nos une dejando para otro momento aquello que nos separa. Y sabemos que no somos los únicos, afortunadamente. No somos los héroes de la política sino una organización más entre las muchas que empujamos hacia esta unidad cuestionada por derecha y por izquierda, nada casualmente y algo que tampoco nos toma de sorpresa, sino que ya sabíamos que tendríamos que enfrentar. No seremos los militantes del Partido Revolucionario de los Trabajadores los que movamos un solo dedo para terminar siendo FUNCIONALES a los intereses de la burguesía. No cuenten con nosotros para dividir. Cuenten con nosotros para sumar. Así y sólo así sentimos que honramos a nuestros muertos, a nuestros caídos, a nuestros desaparecidos. Así y sólo así consideramos que los homenajeamos, sin ampulosos discursos ni especulaciones mezquinas. A nosotros no nos interesan los votos, como tampoco les interesaron a nuestros caídos. Así y sólo así decimos este 24 de marzo:

30.000 COMPAÑEROS DETENIDOS DESAPARECIDOS ¡PRESENTES!
JULIO LÓPEZ ¡PRESENTE!

JUSTICIA PARA SANTIAGO MALDONADO, RAFAEL NAHUEL Y FACUNDO FERREIRA

LIBERTAD A TODOS LOS PRESOS POLÍTICOS SIN EXCEPCIONES
¡A LUCHAR! ¡A VENCER!

¡VIVAN NUESTROS COMPAÑEROS Y COMPAÑERAS DEL GLORIOSO PRT CAÍDOS EN LA BÚSQUEDA DE LA REVOLUCIÓN!

¡HONOR Y GLORIA A TODOS LOS COMPAÑEROS DEL MUNDO QUE ENTREGARON SU VIDA POR LA REVOLUCIÓN!

AVOMPLA, compañeros. Nos vemos en la lucha.
18 de Marzo de 2018.

Amanda Cánepa – Santiago Pottier