Partido Revolucionario de los Trabajadores
Por la Revolución Obrera, Latinoamericana y Socialista "El deber de todo revolucionario es hacer la revolución" (Ernesto Guevara)

Imprime esta página - Tamaño de texto + / - Editorial - Agosto / Octubre 2010

EDITORIAL

Cuando en nuestro número anterior sostuvimos que a partir del cambio de Taiana por Timerman se inauguraba una nueva etapa en las relaciones internacionales de nuestro país con el resto del mundo, especialmente, con el imperialismo norteamericano, todavía Estados Unidos no se había levantado airado de la reunión de la ONU en rechazo a Irán y todavía la presidente argentina no lo había acompañado en ese gesto… Pero un desaire, en política internacional, debe leerse en profundidad: implica una decisión política por la cual se asumen compromisos públicos e internacionales que, más temprano que tarde, pagaremos con nuestro esfuerzo. Nunca las relaciones de “amistad” con la burguesía imperialista han sido beneficiosas para nuestro pueblo. Jamás en la historia de nuestro país una alianza con el gendarme del mundo trajo bonanza a nuestra gente ni fue calificada como un “avance progresista” precisamente. El rechazo mundial a la política imperialista de agresión y saqueo tiene su correlato en las mayorías de este país que con sabia intuición y buena memoria detestan al imperialismo norteamericano por más que se vista de seda o alabe a las Madres de Plaza de Mayo, cuando fueron ellos los promotores de todos los golpes de estado latinoamericanos, aún los más recientes como el de Honduras y el intento en Ecuador. Este gesto en contra de Irán y en favor del imperialismo no será ninguna excepción en nuestra historia y no acarreará más que dolores de cabeza, más saqueo y más riesgo: la presidente exigió a Irán la entrega de los responsables de atentado a la AMIA. Es hipócrita la supuesta voluntad de hacer justicia para con las víctimas del caso, cuando políticas como la que ahora está llevando su gestión fueron la causa de tal atentado que, “casualmente”, ocurrió luego del envío de tropas argentinas a la Guerra del Golfo durante la presidencia de Carlos Saúl Menem. La presidenta nos expone a todos los argentinos a que se sucedan más casos como el de la AMIA en el futuro.

La voluntad de la Argentina siempre ha sido la de pagar sus deudas”, le aseguró la presidente argentina a Angela Merkel, la mujer más importante del gobierno de Alemania, el principal acreedor -con un 40% del total adeudado- de la Argentina en el Club de París. Pese a la negativa de Cristina Fernández de Kirchner de no permitir el monitoreo del FMI, dejó bien en claro que su administración está dispuesta a pagar la deuda externa que, todos sabemos, no sólo es fraudulenta, sino que fue contraída por la burguesía de este país que, luego de nacionalizarla, cayó sobre nuestras espaldas y vació nuestros bolsillos. Es de prever que, ante la crisis financiera internacional, Alemania y el resto de los que integran el Club de París, ajusten la soga y, en el marco de alianzas internacionales elegido, el gobierno se vea obligado a pagar sin demasiada capacidad de negociación, política que, obviamente, perjudicará a los más desprotegidos y se reflejará en más recortes, inflación y congelamiento de salarios. Conocemos bien que el precio más alto de los “acuerdos internacionales” lo pagamos los explotados y los pobres.

Ni hay blindaje ni estamos afuera de la crisis que perfora toda la economía capitalista: la inflación, mentirosamente manipulada por el INDEC, ha liquidado prácticamente todos los aumentos salariales otorgados, la mayoría, en cómodas cuotas mensuales que terminarán de cobrarse a fin de año en muchas ramas sindicales. Agua, luz, gas, electricidad, peajes, telefonía, alimentos, vestimenta y medicamentos han sufrido una considerable suba que licua los salarios y planes para desocupados. Una vez más, el peso de la crisis recae sobre nosotros.
En este contexto tenemos que analizar el “progresista” proyecto de reparto de utilidades de las empresas privadas hacia los trabajadores, presentado por Héctor Recalde. Si partimos de que la crisis internacional deviene en crisis de superproducción, dado que el achique del mercado implica no tener adónde ubicar las mercancías producidas, nos preguntamos qué ganancias vamos a repartir dentro de este sistema donde la burguesía tiene el poder y los trabajadores no lo tienen, por tanto… ¿Quién va a controlar las “ganancias” para el “reparto”? ¡La propia burguesía! Es decir, le vamos a pedir a Drácula que administre el banco de sangre y nos dé una gotita… ¿Qué vamos a repartir en este contexto de achique? ¿Ganancias o PÉRDIDAS…?

De todos modos, el proyecto en sí, no es para hacerse ninguna ilusión: no sólo por las razones expuestas arriba, sino porque sólo afectaría a un 10% de las ganancias, casi una limosna de lo que se llevan los propietarios, los patrones, los que nos explotan. El “control” establecido por el proyecto prevé un órgano tripartito entre empresarios, el estado y los trabajadores representados por la central obrera. ¿Quién de los tres miembros del órgano tripartito representa nuestros intereses? Absolutamente ninguno: los empresarios son nuestros explotadores; el estado es un estado burgués que, ante cualquier reclamo obrero dicta conciliaciones obligatorias que favorecen siempre a las patronales y la central obrera está en manos no sólo de traidores a su clase, mejor dicho, desclasados, sino que hace mucho tiempo tampoco representa nuestros intereses pero sí los intereses de los empresarios porque la mayoría de sus “dirigentes” son empresarios.

En realidad, el proyecto es un manotazo de ahogado de la CGT liderada por Moyano quien no puede diluir la presión de las bases pidiendo apertura de paritarias porque los salarios han sido licuados por la inflación. Con algo tienen que contener la presión y para eso sacan de la galera proyectos mentirosos que, de antemano, saben que no serán aprobados y que, de ser aprobados, nos harían participar de las pérdidas, nunca de las ganancias. Engaña pichangas para entretener a los que ellos consideran la gilada, es decir, nosotros.

Mientras tanto, el gobierno batió el parche de su veto contra el 82% móvil que la indigna y patética “oposición” ha desempolvado del arcón de los recuerdos como parte de su estrategia electoral para ganar votos de los trabajadores y jubilados. Como ya dijimos, también en nuestro anterior editorial, el proyecto del 82% móvil es una vieja conquista de los trabajadores. Sin embargo, el gobierno “nacional y popular” vetó la ley (como otrora vetara la ley de glaciares que favoreció a la Barrick Gold, por ejemplo) porque aduce no tener recursos para pagarles una jubilación digna a los trabajadores que ya no están en actividad. Es más importante garantizarle el pago al Club de París que preguntarse cómo hacen magia los jubilados para vivir con $1200 pesos mensuales miserables y articular políticas que les permitan vivir con dignidad. Éstas y no otras son las contradicciones que dejan al desnudo lo “popular” del gobierno y su maquillaje pseudo progresista. No es con epítetos sexistas a la presidente ni con insultos de baja estofa que se desenmascara una política llevada a cabo por el gobierno. Sólo con el análisis de hechos concretos y materiales se desnuda la verdad y se pone al descubierto a favor de quién administra el estado burgués y cualquiera de sus gobiernos. Solamente analizando hechos y más hechos sabremos a favor de quién está el gobierno. El consumado veto no resiste más análisis: los que quedamos afuera somos, una vez más, los trabajadores. Sin embargo y mientras tanto, con fondos de la ANSES, es decir, con NUESTROS aportes, se siguen subvencionando a las empresas privadas al mismo ritmo que crecen la marginalidad, la pobreza y la precariedad laboral. Pero, pareciera que el eje de la discusión fuera el patético Cobos y no los jubilados que sobreviven en indigna situación al compás creciente de la inflación. El sacar de la discusión el verdadero contenido del veto del ejecutivo intenta ocultar una de las medidas más impopulares de la que es responsable este gobierno. Cobos, chivo expiatorio para los medios de desinformación masiva, sólo es la excusa para un nuevo engaño. Deberíamos recordarle al gobierno una frase de su líder: “La única verdad es la realidad”… Y la realidad es que se ha consumado una nueva postergación a uno de los sectores más desprotegidos de nuestra sociedad, es decir, se ha consumado una nueva injusticia.

Pero los trabajadores resistimos en cada rincón del país. Si bien aún no logramos coordinar nuestras acciones como clase, también es cierto que las luchas son crecientes y que ha mejorado nuestro grado de organización, a la vez que se acentúa la solidaridad entre los trabajadores en conflicto. Un ejemplo de ello es la resistencia de Paraná Metal, acompañada por vastos sectores de la sociedad. Sin embargo, así como en algún momento el conflicto de Kraft Terrabusi no sólo puso en vilo al gobierno, sino que mostró hasta qué punto el estado tenía la decisión de reprimir una lucha obrera, el conflicto de Paraná Metal mostró las hilachas de los amigos empresarios del matrimonio gobernante, como Cristóbal López, propietario de salas de juegos, casinos, bingos, maquinas tragamonedas en el Hipódromo… Es el mismo propietario de una petrolera en Las Heras donde se planteó otro conflicto sindical que terminaría con trabajadores presos y procesados. Es también el dueño de empresas de transportes, medios de comunicación, recolectoras de residuos, aceiteras y constructoras. Este patrón tan surtido (de negocios) fue el promotor de los despidos masivos y el ideólogo del “saneamiento” de Paraná Metal, que siempre se traduce en cesantías masivas o quiebras para no pagar indemnizaciones. Finalmente y como conducta repetida, el gobierno salió a sostener al amigo santacruceño y llegaron a un acuerdo con los trabajadores que, al momento de escribir estas líneas, no se ha cumplido: la reincorporación de la tercera parte de los obreros a elección de la patronal y el sostenimiento salarial del resto por parte del estado que se hará, obviamente, con los mismos dineros del ANSES con que se subsidia a otros “pobres” empresarios en aparente bancarrota. Pese a todo, el acuerdo contó con el aval de los trabajadores que levantaron el corte de la ruta 9, pero nosotros dudamos de que sea un pacto conveniente para ellos, aunque respetamos su decisión.

Lo importante de la lucha de Paraná Metal es el consenso y solidaridad social con que contó, lo cual demuestra cierta y leve continuidad con el andar de los obreros de Kraft Terrabusi. Los trabajadores en general no confían en sus dirigencias y comienzan a tomar en sus manos la defensa de sus intereses. Hacen bien.

Una muestra de la poca confianza de los trabajadores en su dirigencia son las elecciones en la CTA, donde sólo concurrió a votar el 20% del padrón, lo que deja afuera de la reyerta de entrecasa al 80% que se abstuvo de elegir lo menos malo. Sumidas en falsas dicotomías, las listas mayoritarias se presentaron como aparentes proyectos antagónicos: Michelli como representante de la “democracia” sindical divorciada del gobierno y Yasky como la alternativa oficialista. La respuesta de los trabajadores de darles la espalda a ambos deja en claro que no confían en ninguno. Como si estos bajísimos índices de participación no fueran vergonzantes para aquellos que se dicen más democráticos que sus oponentes de la CGT, la elección terminó plagada de denuncias de fraudes, renuncias, dimes y diretes escandalosos y confusión: a una semana de terminadas las elecciones no se sabía quién conducía a quiénes… El propio Moyano, el adalid de la democracia gorda y camionera se dio el gustazo de burlarse porque le regalaron el flanco: “Estas disputas, estas acusaciones cruzadas, muestran que no son tan democráticos como decían”. Daría para la risa, si no se tratara del destino de miles de trabajadores cuyos salarios y condiciones de trabajo serán defendidos por esta dirigencia.

Pero Moyano tampoco debería abrir la boca… Ya no es la “izquierda” la que lo señala como integrante de la Triple A. Ahora Felipe Solá, versión del peronismo estanciero, le dirigió una carta abierta donde le moja la oreja: “Tenés razón, no somos lo mismo. Yo no me hice rico con la política. No me convertí en empresario de la basura ni del transporte. Ni de la salud o el turismo. No hay muertes misteriosas de colaboradores cercanos a mí a mi alrededor. Nunca impedí el libre desplazamiento de personas porque no estuvieran de acuerdo con mis puntos de vista. No les presté a mis hijos mi poder circunstancial. No delaté a compañeros en los 70". Sin embargo Solá tampoco debería abrir la boca, porque en este sainete en que se ha convertido la política burguesa, Piumato le espetó algunas verdades: “Qué jodidos podemos llegar a estar si nuestra historia de lucha en los 90 la cuenta Felpudo Solá, bufón de Menem, por entonces y siempre de la Sociedad Rural” y también: “¿…cuántos pibes murieron en nuestro país por el glifosato que trajo Felpudo Solá con la soja transgénica de la mano de Monsanto? ­Aterrador! Y dice: ‘hay que hacerse el boludo.”. En realidad, todos ellos son aterradores. ¡Ni Narciso Ibañez Menta lo haría mejor! Como si fuera poco, muchas de las respuestas que unos se dan con otros son posteadas en redes de internet como Facebook o Twitter porque todos son muy modernos…

Y tan de terror es todo en el mundo del revés que bajo el pretexto de la “seguridad”, tema con el que nos atosigan los medios masivos de idiotización, los banqueros han salido a ofrecer “soluciones” muy convenientes, especialmente para sus cajas y dividendos. La “gratuita” bancarización para los usuarios entraña otro negocio para ellos: la disponibilidad de enormes masas de dinero para los bancos. Es más, hasta proponen reducir por ley la circulación de efectivo. Una especie de nuevo corralito maquillado de “buenas intenciones” para atenuar la “inseguridad” de las salideras bancarias. Pero muchos sabemos que las salideras bancarias no están vinculadas con el exceso de dinero circulante, sino que cuentan con zonas liberadas otorgadas por las corruptas policías. Lo que no debería sorprender a nadie es que la propuesta salga del propio Banco Central del estado burgués…

Y ya que abordamos el tema, tampoco debería asombrar que con la complicidad de los medios se propone la incorporación de más fuerzas represivas, a la vez que se estigmatiza a un sector de la sociedad por su color de piel: los morochitos son mirados con desconfianza y en cada morocho pareciera que se esconde un delincuente potencial. Sin embargo, nadie dice que la delincuencia es hija de la creciente exclusión y madre de todo tipo de resentimiento social. Pero, paralelamente a la exclusión, crece la discriminación racial. A la carencia de planes serios de inclusión social, se le responde, como en varias provincias, con la fuerza represiva, ahora organizada desde chiquitos. Efectivamente, el escándalo saltó porque un capellán policial adiestraba niños en los pagos de Das Neves. Pero luego de semejante noticia, nos vinimos a enterar que en Mendoza, Corrientes, Salta y Misiones tienen sus "chicos policías” y que en varias provincias funciona la “gendarmería infantil”. Si bien el cura fue separado de su cargo, recibió un fuerte respaldo del propio Obispo de Esquel, José Slaby, quien dijo que todo fue una mala interpretación de las buenas intenciones del capellán policial. Lo cierto es que, siguiendo con la modernidad, en Facebook se publicaron imágenes de cómo se les enseñaba a los chicos a desfilar y a realizar ejercicios de entrenamiento policial, algunas veces con chalecos antibalas de la fuerza… Lo lamentable es que esta instrucción policial (militar) a los niños contaba, también, con el respaldo de los padres. Lejos de pensar a la niñez educándose en las maltrechas escuelas públicas, se la entrena desde temprana edad para reprimir. La policía infantil de hoy, será la represora de mañana.

A nadie se le ocurre potenciar la capacidad de los clubes de barrio para fomentar la actividad deportiva y creativa de los niños. Ese modelo de niñez incorporada a proyectos colectivos y solidarios no entra en ninguna política sostenida con tesón por ningún gobierno, fundamentalmente porque no es rentable. Todos los espacios públicos y de recreación fueron privatizados, las plazas cercadas con rejas y la palabra “prohibido” fue generalizada, especialmente para niños y jóvenes. Sólo se les ocurre fomentar más represión y actores para llevarla a cabo.

Es por este abandono de la educación tanto infantil como adolescente, que los estudiantes secundarios tomaron escuelas en forma de protesta porque los edificios se les caen encima, particularmente en las escuelas de la ciudad donde antes decían que atendía dios. En Buenos Aires, los estudiantes pusieron de relieve la ineptitud y el despilfarro de un Jefe de Gobierno que pretende gerentear una ciudad como una de sus empresas privadas. Las medidas de protesta se propagaron como un virus y no faltaron los que a gritos pedían elaborar las listas negras de los cabecillas de la rebelión joven, como la coequiper de Macri en sus andadas, la nefasta Michetti o su Jefe de Gabinete, Horacio Rodríquez Larreta, incapaz de resolver el conflicto, quien funcionó como un elefante en un bazar al declarar que detrás de las tomas estaba la larguísima mano del venezolano Chávez. Como patético marco paradojal, a la par que los energúmenos macristas pedían listas negras de estudiantes o los amenazaban con suspenderles las vacaciones de verano como castigo por la rebelión, se conmemoraba otro aniversario de La Noche de los Lápices. Cambia la forma, pero el contenido ideológico sigue siendo el mismo…

Cuando todas las políticas públicas educativas son apuntadas a anestesiar la rebeldía adolescente, la protesta rompió con los esquemas y se salió de caja nacionalizando un conflicto de ribetes locales y trasladándolo a la universidad pública nacional. La toma de escuelas y facultades no entraba en los cálculos de ninguno de todos aquellos que estigmatizan a la juventud considerándola apática y poco comprometida, pero que son los mismos que ante la protesta organizada cuestionaron la “politización” del conflicto, como si fuera mala palabra que los jóvenes se politicen. El planteo prácticamente esquizofrénico de los funcionarios dejó al descubierto su estrechez de iniciativa, su incompetencia y la malversación de fondos públicos: sólo un 7% del presupuesto educativo destinado para este año fue ejecutado por el gobierno de Macri.

Después de la toma del Palacio Pizzurno por los estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales, el Ministro Sileoni garantizó el presupuesto para la finalización de las obras de esa Facultad. Nos preguntamos por qué, si ya estaban los fondos para esa obra, recién después de la toma se realizó el acuerdo final. Evidentemente nadie regala nada y cada conquista en cualquier campo de la sociedad tiene que ser “arrancada” prácticamente por la fuerza. Una vez más los “cabecillas” de la rebelión fueron buscados, detenidos, identificados y denunciados penalmente por el Ministro “nacional y popular” Sileoni. Una forma muy extraña de preservar los derechos humanos, de lo que tanto se jacta este gobierno, que no duda en penalizar cuanta protesta popular se plantee. Lejos de atender los justos reclamos, se criminaliza. ¿Cuál es la diferencia que hay entre los funcionarios macristas y los funcionarios nacionales, si sus prácticas son las mismas: identificar, procesar y penalizar a los que alzan sus voces contra cualquier injusticia?

Como parte de la desprotección a la niñez y la juventud está la política de las drogas, el gatillo fácil, la discriminación racial, la carencia de salidas laborales cuando egresan del secundario y la universidad, el desmantelamiento de las escuelas de oficios y escuelas técnicas y la desfinanciación en general de toda la educación pública, mientras se reproducen como hongos las escuelas y universidades privadas con sostén del estado burgués. Y, como si fuera poco, el abuso, la pedofilia, la trata y prostitución de menores… Ahí lo tenemos al cura pedófilo Grassi, libre y suelto a pesar de que pese sobre él una condena de 15 años de prisión, con micrófonos disponibles en todos los medios de manipulación informativa haciéndole entrevistas al “padre” incomprendido a quien la justicia burguesa ha condenado “injustamente”… ¿Padre de quién? ¡Con padres así, mejor ser huérfanos!

La institución iglesia católica, también sostenida con fondos del estado, cómplice de los secuestradores, torturadores y asesinos de la década del ’70, infectada de pedófilos en todo el mundo, mira para otro lado y pide perdón de palabra, como hizo antes, siempre cómplice de todas las masacres, siempre cómplice de todos los abusos, ancestralmente cómplice de toda opresión y recurrentemente PARTE del poder de la clase dominante. Se conmemora otro nuevo aniversario del 12 de Octubre, fecha que nos remite a las masacres que con la cruz y la espada expropiaron sus tierras y expulsaron a nuestros ancestros que hoy son parte de la poblaciones más pobres de nuestro país, más olvidadas y desprotegidas. Nada hay para festejar. Ni bicentenario ni día de la raza blanca, europea e imperialista, consolidada sobre la sangre de millones de seres humanos masacrados.

Agosto nos tuvo a todos recordando a nuestros compañeros fusilados en Trelew. Septiembre recordando a nuestros adolescentes desaparecidos en La Noche de los Lápices. Octubre homenajeando al argentino más internacional y revolucionario que ha parido nuestra historia: el Che Guevara. Todos ellos, nuestros compañeros, nuestros antecesores, cuya sangre derramada no debe ser en vano, deben servir de ejemplo para ponernos de pie, levantarnos de nuestras cenizas e impotencias, elevarnos por encima de nuestras mezquindades, para lograr la unidad que necesitamos para pelear por el país justo que merecemos los explotados, los oprimidos, los olvidados de la tierra, los postergados de la historia.

A vencer o morir por la Argentina, compañeros.

Amanda Cánepa.